P O R Fátima Garay
Jóvenes apasionados plasman su creatividad en El Ajuar

No importa si es un animal, un espécimen de flora, un personaje, un objeto o una persona; todos pueden ser plasmados en El Ajuar, un proyecto que nace en la men- te de Karina Cepeda y Gibran Pinto.

Al entrar a su tienda, que está ubicada sobre la avenida Maclovio Herrera #278-B en la capital colimense, una atmósfera de esencias únicas, que emergen de cada uno de los productos, te transporta a lugares especiales donde la cultura mexicana se deja ver, observar y oler.

“Ajuar” es un término que se emplea con referencia al conjunto que forman el mobiliario, vestimenta y utensilios que se utilizan en un mismo ámbito o que comparten ciertas características. Las mujeres eran las encargadas de portar esta indumentaria y con el afán de que no se olvide esta palabra tan representativa, se dio rienda suelta a este proyecto.

A pesar de que en este lugar se pueden adquirir desde playeras hasta joyería, destacan los collares en cuentas de cristal japonesas que emergen de una combinación entre el arte huichol, la imaginación de Karina y la personalización que quiere el cliente.

“Los collares que hacemos son diferentes unos de otros. Tenemos desde Frida Kahlo, perritos, flores y hasta personas. El trabajo es agotador, ya que la forma de hacerlos dicta mucha paciencia”.

Karina asegura que invierte hora y media para un collar de tan sólo dos milímetros y hasta 10 horas en uno de ocho por 10 centímetros. Estima que cada día da vida entre dos y tres piezas.

Cada pieza de estas cuentas de cristal se convierten en un regalo muy original e invaluable.

Como parte de su crecimiento tienen como meta abrir otras sucursales en diferentes puntos de Colima y sacar la marca a otra región para así, demostrar que el valor de los artesanos aumenta gracias al cuidado y el amor que se pone en cada una de las creaciones.

“A los clientes les gusta mucho por ser moderno y a su vez combinado con el arte huichol porque aquí en Colima no es muy usual que se vea o se venda”