Dra. Rosalba Elizabeth Copado Ceballos

Otorrinolaringología y cirugía de Cabeza y Cuello con Subespecialidad en Otorrinolaringología Pediátrica

La congestión u obstrucción nasal, es la sensación de tener tapada una o ambas fosas nasales, debido a algún problema localizado a nivel de la nariz, haciendo que el enfermo respire predominantemente por la boca, esto se puede presentar principalmente en niños menores de 8 años. Entre los trastornos más frecuentes se encuentran la hipertrofia (crecimiento) de adenoides y amígdalas.

Adenoides crecidas o hipertróficas.

 

Las adenoides son acúmulos de tejido linfoide (sitio de producción de anticuerpos) ubicados detrás de la nariz y en cercanía con el oído medio, en condiciones normales y sin enfermedad este tejido empieza a crecer aceleradamente a los 6 meses de edad para alcanzar su máximo a los 3 años de vida (donde también alcanzan su máxima función inmunológica), para después de esta edad iniciar la involución y terminar por desaparecer al inicio de la adolescencia. Aproximadamente en el 40% de los pacientes pediátricos este crecimiento adenoideo puede continuar desproporcionadamente llegando a obstruir por completo la nariz y la respiración causando problemas en órganos cercanos.

 

Causas y complicaciones.

 

La hipertrofia adenoidea puede deberse a una o múltiples causas como ciertos factores dietéticos, genéticos, inmunológicos y cuadros de infecciones recurrentes.

Este crecimiento adenoideo es una de las causas más frecuentes de congestión y obstrucción nasal y hace que el niño presente voz nasal (gangosa), escurrimiento nasal de cualquier tipo (cristalino, amarillento, fluido o espeso) y de difícil control.

 

Éste trastorno es el responsable de la mayoría de casos donde el niño respira por boca y además ronca. Este ronquido puede ser leve o intenso, favoreciendo los trastornos del sueño que se acompañan de despertares nocturnos frecuentes, salivación, sueño intranquilo y en casos graves apnea del sueño (pausas respiratorias durante el sueño).

Éste conjunto de alteraciones afectan el  desempeño escolar  y traen consigo modificaciones en la conducta y el aprendizaje por la falta crónica de oxígeno, además de déficit cognitivo, hiperactividad, somnolencia durante el día e irritabilidad.

 

La tos crónica es también un signo frecuente en estos pacientes, debido al exceso de mucosidad que se genera en la parte posterior de la nariz a consecuencia de la obstrucción, el moco deja de fluir libremente y empieza a estancarse causando sinusitis, sensación de oído tapado, baja auditiva (algún grado de sordera) por otitis media (inflamación o infección del oído).

 

Cuando el niño tiene obstrucción nasal por varios años, desarrollan alteraciones en el crecimiento de la cara y  cavidad oral, presentando la conocida “facies adenoidea” (cara alargada, ojeras, poco desarrollo de la mandíbula y mentón, apiñamiento dental (mal posicionados), paladar ojival (alto y cóncavo) y mala oclusión dental (alteración de la mordida y rechinido de dientes).

Es común que coexista enfermedad de las amígdalas (anginas) donde la falta de respiración nasal, ocasiona que el niño respire por la boca, generando que las anginas enfermen frecuentemente (amigdalitis crónica) y tiempo después comienzan a crecer y causar trastornos respiratorios severos y desarrollan apnea obstructiva del sueño, la cual si no se trata tempranamente favorecerá enfermedades cardiovasculares, algunas veces irreversibles.

 

Hipertrofia de amígdalas o anginas.

 

Las anginas o amígdalas faríngeas  forman parte del tejido linfoide de la vía respiratoria, cuando se encuentran crecidas es frecuente que ya no funcionen correctamente y hayan dejado de producir defensas o anticuerpos (aproximadamente después de los 3 años de vida) y son susceptibles de infectarse tan frecuente como cada 15 a 30 días, éstos episodios conllevan un aumento importante del tamaño amigdalar contribuyendo así al círculo vicioso que se genera por el hecho de respirar por la boca, ya que la función principal de la nariz es filtrar, humedecer y calentar el aire que respiramos, pero al no poder hacerlo, y respirar crónicamente por la boca  provoca dolor e irritación de la garganta y las anginas, y secundariamente infecciones recurrentes.

 

Otros problemas a descartar como causa de obstrucción nasal en niños son enfermedades de los cornetes, el tabique nasal desviado, rinitis crónicas, malformaciones internas de la nariz, tumores benignos o malignos y cuerpos extraños, entre otros.

 

¿Qué debo hacer si mi hijo respira por la boca o se enferma con frecuencia de las anginas?

 

Si bien puede haber múltiples razones por las cuales su hijo esté respirando por la boca y/o tenga tapada su nariz, así  como muchas otras causas por las que pueda estar enfermando de las anginas frecuentemente, pero lo más acertado es que su hijo sea atendido y valorado por la Otorrinolaringóloga Pediatra para que le oriente y explique a cerca de la problemática que pudiera estar presentando su hijo y ofrecerle una solución individualizada  para devolver a su hijo la calidad de vida que merece y el derecho a la salud.

 

Dra. Rosalba Elizabeth Copado Ceballos

Otorrinolaringología y cirugía de Cabeza y Cuello con Subespecialidad en Otorrinolaringología Pediátrica. Además de menores de edad, también atiende a personas adultas.

Ced. Profesional 5551039

Ced ORL y CCC 7930383 y Ced de subespecialidad 8475611.

Certificada por el Consejo Mexicano de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello y Consejo Mexicano de Otorrinolaringología pediátrica.

 

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