POR FÁTIMA GARAY

“Para mí la cocina es la forma natural de poder transmitir quién soy a través de un platillo, sin tener que decir absolutamente nada”.

Con apenas 15 años, Ricardo se adentró profesionalmente en el mundo que desde pequeño le apasionaba: la cocina. Aunque comenzó como lavatrastes su interés en este espacio tan único nunca se desvaneció, sino que con cada cargo que ocupaba, su sueño seguía creciendo aún más.

“Cuando entré en la licenciatura en gastronomía, aquí en Manzanillo, ya había trabajado en Baja California y en Guadalajara”.

Señala que la cocina para él significa la forma natural de poder transmitir quién es a través de un platillo sin tener que decir nada.

“Me gusta comenzar a hacer mis platillos desde cero, no me gusta copiar. Me fijo en las técnicas para basarme en otras. Con 25 años, puedo decir que he tenido varios logros”.

Su pasión lo llevó a participar en diversos concursos gastroNómicos obteniendo varios títulos, entre los que destaca el haber sido semifinalista en el concurso “Cocinero del Año”, en Jalisco, así como finalista en el concurso “Encuentro de mis raíces”, realizado en el puerto manzanillense.

“También he emprendido tres negocios para trabajar algunas partes administrativas que no se aprenden dentro de la cocina. Uno de ellos es de catering, asesoría de restaurantes y creaciones de menús”.

En cuanto a los platillos que realiza, afirma que es apasionado de trabajar con creaciones donde el contraste es la meta, siendo la parte de la proteína y salsas lo que más trabaja.

“Cuando estoy en la calle, veo algo, pruebo algo, anoto lo que puedo hacer después con esos ingredientes transformándolo completamente. Una vez vi un aguachile negro, pero yo lo transformé con cerveza obscura poniéndole textura y sabor”.

No cabe duda que al entrar a la cocina de este joven chef, nos podemos encontrar platillos con texturas, contrastes de frío y caliente, e incluso, sabores distintos que Decisión de Empresario recomienda.