El nombre de Martha Dueñas está inscrito en la historia de Colima por ser la primera mujer que ganó una alcaldía en el estado, luego de ser postulada por el PRI en Villa de Álvarez en la elección de 1958. Este hecho cobra mayor relevancia al ver con mayor detenimiento el contexto en el que lo consiguió.

La relevancia debería ir más allá, consideró el historiador Noé Guerra, pues no sólo es el hecho de que fuera mujer en un Villa de Álvarez más conservador, tradicionalista y hasta machista, sino que se cumplían apenas cinco años de la reforma constitucional que le daba a las mujeres el derecho a votar y ser votadas, y se trataba de una joven de 27 años de edad.

“Desde la perspectiva actual yo veo dos cosas, enfrentaba dos condiciones en contra: una es la condición de género y la otra es la juventud, porque es a los 27 años cuando se convierte en presidenta municipal”, expresó en entrevista para Decisión 2021. 

La figura de Martha Dueñas surgió dos años antes, durante un acto de campaña del entonces candidato presidencial oficialista, Adolfo López Mateos. “Señor candidato, Colima no tiene hambre, Colima tiene sed”, expresó la joven que tuvo la palabra en ese momento, por la convicción del propio López Mateos, de reconocer los derechos políticos de las mujeres.

“Ella tiene el uso de la voz, habla por las mujeres, por las mujeres de Colima, y dice, palabras más, palabras menos, que Colima no necesita dinero, Colima necesita agua. Y eso le vale mucho, porque es la parte que se rescata, para que tenga la preeminencia que luego tuvo, al resultar candidata casi de manera natural por el PRI en aquel año, para ser en 1959 la primera presidenta municipal electa en el estado de Colima”, señaló el historiador.

El Villa de Álvarez de entonces dista del que conocemos actualmente. No era un municipio tan grande ni tan poblado como el de ahora, sus habitantes vivían principalmente de la agricultura y la ganadería, y por sus condiciones de municipio rural, había “esquemas de machismo arraigado”. Pese a ello, se llevó la victoria en las urnas, no solamente porque la gente la tomó en serio, sino porque también fue arropada por el gobernador de ese entonces, Rodolfo Chávez Carrillo, expuso Guerra.

Dueñas fue la persona más joven en ocupar la presidencia municipal hasta ese momento y una de las primeras mujeres en ocupar una alcaldía en el país, tras casos como el de Aurora Meza Andraca en 1939 en Chilpancingo, Guerrero, y el de María del Carmen Martín del Campo en 1947, en Aguascalientes capital.

La frase de Dueñas ante el candidato López Mateos no sólo la posicionó como una contendiente a la presidencia municipal. De acuerdo con Guerra, también fue el inicio de un proyecto hídrico que sigue siendo relevante para el estado en la actualidad: la presa de Peñitas.

Hoy, el nombre de Marta Dueñas se puede encontrar en una de las calles aledañas al Jardín de la Villa, la zona donde ella creció. Su busto es uno de los pocos que está instalado en la rotonda de los villalvarenses ilustres, a un costado de la Casa de la Cultura del municipio, y el Congreso del Estado otorga una presea con su nombre a aquellas mujeres que destaquen en el servicio público.

Aunque se le vea como una pionera por el logro conseguido, la elección de Dueñas no simplificó el camino de las mujeres en la política. Tuvo que pasar casi una década para que una mujer lograra ganar otra elección, en el caso de Esperanza Ávalos Leyva como legisladora por Manzanillo en 1967, y casi diez adicionales para que una mujer fuera gobernadora y junto con ella los tres poderes del estado fueran encabezados por una mujer, por única ocasión en la historia de Colima.

La lucha por la equidad en el acceso de las mujeres a los puestos públicos ha avanzado mucho en la última década, pero lejos está de ser un asunto superado.