El tema fiscal es un tópico que siempre se encuentra en movimiento constante, es por eso que estar al pendiente de las modificaciones en materia fiscal es un deber que debemos tomar muy en serio. Desde hace algunos años, el SAT ha comenzado a observar con mayor detalle el cumplimiento de los deberes fiscales de todo prestador de servicios profesionales. El área médica es uno de los sectores donde más se ha enfatizado la declaración y revisión.

De la correcta presentación de responsabilidades fiscales depende un buen ejercicio fiscal y cumplimiento del deber.  Principalmente con todo aquello que tiene que ver con los gastos que son deducibles de las actividades económicas y profesionales. Es indispensable que todo médico tome ciertas medidas que faciliten su acertada declaración fiscal, lo cual posibilitará evitarse complicaciones más adelante.

Entre estas medidas se debe contemplar el completo registro de ingresos y egresos; así como el desarrollo de la emisión correcta de recibos de honorarios. Ambas acciones deben llevarse a cabo para cumplir cabalmente con los requisitos que el SAT solicita y evitar algunas complicaciones al momento de efectuar las declaraciones requeridas.

Los médicos tienen obligaciones fiscales federales y estatales. Entre los deberes mínimos que todo contribuyente necesita realizar se encuentra el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), el pago bimestral al estado del Impuesto sobre Profesiones (ISP), la contribución por la prestación de un servicio profesional subordinado; la presentación de declaraciones mensuales y anuales, la realización de un aporte al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los trabajadores (INFONAVIT) y el pago del Impuesto sobre nómina (ISN).

El sector de la salud, avanza de forma imparable hacia una profesionalización máxima de la gestión. Ya no es suficiente con ser un gran clínico, ser un gran especialista o llevar muchos años ejerciendo en la misma plaza.  La correcta gestión es la clave del éxito.

Es lógico que un médico sepa poco de gestión, ya que la formación que han recibido es nula. Hasta ahora siempre se ha gestionado por corazonadas o buscando la escasez de competencia directa sin preocuparse de casi nada más.

En los años que llevo impartiendo formación en gestión, siempre he detectado una carencia que sobresale por encima del resto: la financiera.

Siempre que estoy dando formación hago la misma pregunta: ¿sabrías decirme el costo de una primera visita?. En el 80% de los casos, mis clientes no han sabido qué contestar.

Es por ello que es fundamental que el médico, como empresario, tenga unos conocimientos básicos de contabilidad financiera, contabilidad de costos, ratios etc. De lo contrario estarán gestionando a ciegas. Un especialista de la salud propietario de una clínica ha de saber qué es el activo y pasivo de un balance, cómo funciona una cuenta de pérdidas y ganancias, cuánto cuesta realizar todos y cada uno de los tratamientos de su clínica, operaciones básicas de financiación (leasing, renting, etc.).

No se trata de que el médico se convierta en un experto contable o financiero, ya que es una materia muy árida y complicada. Para eso tenemos la ayuda de empresas externas que nos pueden asesorar y ayudar a llevar nuestras obligaciones financieras y fiscales de forma correcta. Pero sí hemos de saber comunicarnos con ellos, saber en qué idioma nos están hablando, comprender qué nos ofrece el banco y, sobre todo, saber llevar la contabilidad de costos básica de nuestra clínica.

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) quiere regular a doctores, dentistas, nutriólogos y psicólogos en el pago de sus impuestos. Los primeros en fiscalizar serán aquellos que no están aceptando pagos con tarjeta de débito o de crédito, a través del uso de tarjetas bancarias.

Para deducir los pagos por estos servicios en la declaración anual, el paciente-contribuyente debe presentar la factura electrónica que le emitió el profesionista, pero esta no es válida si se pagó en efectivo. Solo se acepta si fue pagada con tarjeta de crédito o débito, cheque o transferencia bancaria.

Al verificar facturas electrónicas para aceptar o rechazar las deducciones, el SAT detecta a los doctores que están aceptando pago con medios electrónicos y a los que no.

Aunque un paciente pague en efectivo, el doctor debe emitir recibo de honorarios, ahí detecta quién no está recibiendo pagos con tarjetas y cruza información para saber si los doctores están declarando la totalidad de sus ingresos

Información del SAT detalla que hay aproximadamente 284,000 profesionales de la salud en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), pero sólo el 50% está al tanto de sus obligaciones fiscales. Tras estas acciones el SAT busca que los profesionistas paguen debidamente sus impuestos, porque es común que no declaren de manera completa sus ingresos.

La obligación del pago con medios electrónicos irá incentivando a que los contribuyentes pidan factura y pidan el pago con medios electrónicos, pero en tanto, si un dentista no aceptó pagos con estos medios la factura emitida no servirá al contribuyente para hacer deducible el pago de servicios médicos, dentales, de psicología o de nutriología.

Si prestas servicios médicos profesionales te sugiero te acerques a un despacho contable que te sepa guiar para que cumplas cabalmente con tus obligaciones fiscales federales y estatales, para que con su apoyo te evites problemas con el fisco, y que te oriente para maximizar tus recursos y, sobre todo, para tener conocimiento certero sobre el desempeño económico de tu clínica dental.

 

Por: C.P y Mtra. María Elena Murguía 

Directora de Servicios Contables Integrales

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