Por: Aarón Andrade 

Kavi bralettes, un elemento imprescindible para las mujeres que se atreven a ser libres, sentirse cómodas y lucir bien.

Es en el 2016 cuando Karen Alejandra Romero Larios se enteró que estaba embarazada y, el uso incómodo de los brasieres con varilla le obligó a buscar una alternativa que la hiciera lucir bonita y sentirse bien a pesar de los cambios hormonales y físicos.

 

“Es entonces que de una playera que ya no me quedaba le metí el tijerazo pensando en crear una prenda personalizada, a mi estilo y a mi medida. Comencé con  la forma triangular común que tiene el brasier, pero en este caso sin varillas, fui a comprar los tirantes y todo lo que necesitaba, y la verdad es que el resultado me encantó y a mi esposo le pareció una buena idea de negocio”.

Los primeros sujetadores fueron hechos a mano, después le prestaron una máquina y fueron mejorando la calidad y la forma, es entonces que decidieron invertir y emprender en el negocio de los bralettes comprando material, buscando telas, colores y diseños que fueran novedosos y además cómodos.

 

“Decidí buscar información, tutoriales en internet y entré a un curso de confección industrial de ropa que no tiene nada que ver con lencería, pero logré enseñarme a hacer trazos básicos  que me permitieron hacer las transformaciones para realizar cortes más exactos como los bralettes”.

 

Así decidieron emprender con Kavi Bralettes, creado para todas las mujeres que buscan comodidad y estilo. “No existe problema con la edad porque el objetivo es que todas las mujeres puedan usarlos;  inclusive los bralettes se personalizan con estampas, personajes y colores que las clientas prefieren”.

Es con el apoyo de su esposo que decidieron crecer y ahora han formado un pequeño taller en la calle Balvino Dávalos # 432 de la colonia Fátima; lugar en donde tienen planeado fabricar ligueros, trajes de baño, batas con telas ligeras, combinables y atractivas y, en un futuro no muy lejano hacer oficial la inauguración de su negocio donde podrán exhibir todas las prendas.  

 

¡El secreto está en atreverse!