El 9 Noviembre de 1989 cae el muro de Berlín. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Berlín

quedó dividida en 4 sectores: franceses, ingleses, estadounidense y rusos. Las malas relaciones con estos últimos partío la ciudad y el país en dos: con dos monedas, dos régimenes, dos mundos distintos y un pueblo segregado en pedazos.

La economía del sector comunista/soviético en serias dificultades orilló a que más de 3 millones de personas se marcharan al sector capitalista. Esto provocó que las autoridades soviéticas tomaran cartas en el asunto y decidieron levantar un muro provisional. La noche del 12 de Agosto de 1961, las fuerzas de seguridad y el gobierno cerraron 69 puntos de acceso entre ambos sectores y dejaron solo 12 abiertos, aumentando además los controles y la seguridad.

Al día siguiente fue colocada una alambrada de 155 kilómetros, que no permitía más el paso de un lado al otro de la ciudad.Inmediatamente después comenzó a construirse un muro de ladrillo, de hormigón y materiales resistentes y duraderos. Las casas que estaban alineadas con dicho muro fueron desalojadas.

Desde el año 1961 hasta el año 1989 más de 5000 personas intentaron cruzar el muro nadando, corriendo, cavando túneles, escondidos en automóviles, volando con globos aerostáticos elaborados artesanalmente.. Unas 3000 personas fueron arrestadas y más de un centenar perdieron la vida en el intento de escape.

En 1989 la situación era insostenible para los alemanes que vivían en la DDR “Deutsche Demokratische Republik“ (RDA República Democrática Alemana). del este daba avisos de inminentes cam- bios, en la ex Unión Soviética (URSS) entraba en vigor la perestroika y glasnost, la apertura de la fronteras en Hungría o la antes Checoslovaquia, hoy República Checa, entre otros más.

Comenzaron a hacerse grandes manifestaciones históricas en la capital de la DDR, Berlín; en la plaza “Alexanderplatz“ fue donde se pronunciaron decenas de discursos y escucharon las expresiones de intelectuales, artistas, estudiantes, académicos, personajes destacados de la política y la sociedad que unidos a la misma voz manifestaban su inconformidad ante el sistema, enarbolando las exigencias del pueblo alemán: libertad de tránsito, derecho a viajar y poder regresar a casa.

Esto provocó que las autoridades soviéticas, con una economía por demás desgastada e insostenible, un sistema político debilitado y ante las presiones de la sociedad civil organizada anunciara en una rueda de prensa internacional que “todas las leyes para viajar al extranjero habían sido derogadas, con efecto inmediato“ otorgando así el permiso al libre paso el 9 de Noviembre del 1989.

Al día siguiente la gente con marro y cincel en mano, comenzó a abrir brechas en el muro poniendo fin así a 28 años de separación entre familiares y amigos.

Más allá de recordar la fecha de uno de los acontecimientos más afortunados de la historia en el siglo pasado, la caída del muro de Berlín nos da la oportunidad de hacer nuevas lecturas, reflexionar sobre la situación y rumbo que llevamos en el mundo actual, cómo somos como sociedad y cómo nos interrelacionamos con las demás.